Según informaciones llegadas hasta SemanaGrandeManzanares, la junta de cofradías de la localidad, dirigida por la Hermandad del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de la Soledad, quien también se encargará de editar el cartel anunciador y el libro guía, ha aprobado el cambio del lugar destinado a la próxima celebración del pregón de la semana santa 2012.Aun a falta de saber quién será el encargado de pronunciar el pregón de nuestra semana mayor, ya conocemos cual será el lugar escogido para ello, siendo el auditorio del Gran Teatro de Manzanares el lugar donde, por primera vez, se desarrollará éste acto.

En los últimos años, hemos podido comprobar cómo han sido varios los lugares escogidos, como son la Casa de Cultura y el Castillo de Pilas Bonas, sin embargo, con el traslado de éste acto a las dependencias del Gran Teatro manzanareño, se conseguirá un mayor aforo para el público que desee acudir al acto, destacando cómo a él, acuden las representaciones de las ocho cofradías manzanareñas, representación de la comunidad pastoral, así como los representantes del equipo de gobierno y oposición, además de numerosas hermandades invitadas de localidades vecinas y un gran público cofrade que se concentra en éste acto.
Sin duda, será uno de los cambios más notables de los desarrollados en las programaciones de éste año, que vienen a ofrecer un marco más acorde y preparado para su normal desarrollo. Desde SemanaGrandeManzanares, queremos felicitar a la Junta de Cofradías por éste cambio que ya venía demandado desde hace años y que por fín, se hará realidad.


El 18 de diciembre del año 645, pasada la medianoche, terminado el IX Concilio de Toledo, su arzobispo Ildefonso (luego declarado santo), ferviente devoto de la Virgen María, en compañía de algunos colaboradores, se dirigió a la Catedral para cantar los maitines (oraciones que se realizaban hacia las 3 de la noche). Al entrar, se produjo en el altar un resplandor fuerte e irresistible a los ojos corporales. Los acompañantes del arzobispo huyeron asustados, pero él avanzó resueltamente y vio a la Santísima Virgen, que había descendido del cielo y estaba sentada en su cátedra episcopal. La Madre de Dios habló con dulces palabras a su fiel servidor y promotor de la fe en su inmaculada concepción, le entregó una casulla, que se conserva allí, y después desapareció. Por este particular beneficio, a su muerte ocurrida el 23 de enero de 667, la Iglesia de Toledo decretó que el 24 de enero se celebrase solemnemente en todo el arzobispado, el memorable descenso de la Virgen María a la Iglesia Catedral.
Pero los cristianos consideraron cosa indigna que, si nuevamente eran dueños de la ciudad, no lo fuesen de la Iglesia Metropolitana consagrada a la Santísima Virgen. En consecuenc
Pero en ese momento se produjo un acontecimiento 




